* UN AMOR DE 120 MINUTOS
Te has sumergido en una historia, ¿que al terminar quedas impregnada de emociones fuertes y con una sensación de posibilidades sin fin?, donde el amor incondicional es posible y la felicidad es perderse en aquel atardecer sin historia. Miradas dulces van y vienen, mientras el viento juega con tu cabello haciéndote lucir más cautivadora.
Con una copa de vino añejo, como tercero perfecto.
Es hermoso, ¿no? Contemplar y hasta fantasear con esas historias. Donde el chico descubre en un momento de epifanía que ella, si ella la que todas sabíamos, pero que él no reconocía; es el amor de su vida.
Ahora él corre, corre, corre a través de un aeropuerto, un parque, calles congestionadas o en algunas, atravesando aun la muerte misma para ir hacia ella. Reconociendo su fuerte amor por esta mujer.
Si ella, quién era la invisible, o la mejor amiga, o la menos popular, o un simple juego, o la de menos recursos, o si también, una alta ejecutiva, maestra, jefa. En fin, ella, la chica en la que muchas nos sentimos reflejadas; no por sus títulos sino por sus emociones.
Con sueños de ser amada y digna, ¿de qué?, no lo sabemos muchas veces. Sin embargo, deseamos sentirnos como esas mujeres. Deseamos vivir ese amor. -Ufff. Suspiro.
No obstante, ante mis ojos brilló una verdad que golpeó en las entrañas de mi princesa Disney interior: “¿y si no viven felices para siempre?”. Cuando lo vemos en la pantalla, parece tan mágicamente arriesgado, que siempre terminamos embarcadas en un tren de imágenes, llevadas en rieles de fascinantes sucesos.
Queriendo, anhelando y hasta exigiendo vivir esa «realidad» en caminos trazados por: Orgullo y Prejuicio, Cuestión de Tiempo, Mujer Bonita, El Diario de Bridget Jones parte 1 y 2, y como si no fuera suficiente Sex and The City, pudiendo continuar con un listado tan amplio como las estelas del sol.
Ahora si le añadimos comedia con tramas como: La Propuesta, Como Si Fuera la Primera Vez o Cómo perder un hombre en 10 días, donde te prometen aparte de romance, una dosis intravenosa de humor. Dos cosas que las mujeres amamos. Caímos en coma emocional.
Dejándonos inconscientes ante la realidad. Pues el resultado es una escala de expectativas imposible de cumplir, hasta para el más valientes de los príncipes Disney. Ni Hitch con su arsenal de estrategias podría con eso. (Corto de Hitch especialista en seducción)
Esto acompañado con las voces de esos hombres y los rostros de esas mujeres llenas de amor y riesgo, drama y peticiones de mano soñadas, dispuestos al todo por el todo en 120 minutos, ¡una historia de 120 minutos!
Son suficientes 120 minutos para llenar nuestra cabeza y corazón de expectativas irreales y cangrejos que van y vienen de un lado a otro. Formando al hombre soñado, un poco de Will Smith, los BTS grupo de kpop, la fuerza de la Roca, con las frases perfectas justo al estilo del Sr Darcy:
– He luchado en vano y no puedo dominarme más. – dice el Sr. Darcy olvidándose del agua que lo recorre. – he luchado contra mi buen juicio…
– Pero, he venido a pedirle que acabe con mi agonía – Lissi intenta interrumpir confundida.
–La amo. – Guardó silencio mientras terminaba de encontrar las palabras – con toda mi alma.
– Por favor haga el honor de aceptar mi mano. – Termina el Sr. Darcy mientras intenta no temblar de frío o de nervios.
(Negrilla: interpretación mía).
¡Por favor que mujer en lo más íntimo de su ser no sueña con esta declaración!
Nos veo en el clímax de estas escenas jugando a odiarnos por no ser como ellas, o por no ser ellas. Tenemos el corazón desbordado en sus pasos, con escenas cortas de nuestra vida sin él.
Bajo estos parámetros construimos una relación antes de conocer al caballero. Con estos estereotipos de relaciones y sucesos, bajo una perfección de color y aromas que nos ciega el buen juicio y el buen olfato.
Deseando un amor eterno que se construya con la base de 120 minutos. Un deseo válido o una afectación en nuestras psiquis, quizás. Con todo eso, así no es el amor.
El amor lleva más de 120 minutos, no se salta mostrando solo escenas de felicidad y cortando las desgracias; o en casos especiales mostrando rápidamente esos malos momentos. La vida no pone una cortina con una canción que revuelca las ganas, arrastrada de un mensaje de seis meses, un año… tres minutos después. No.
Este no es el amor. No el de verdad.
El amor marca una línea y es un hombre llamado: Jesús .
Al cual también queremos conocerlo hoy y que pase una secuencia de escenas felices y saltarnos rápidamente los malos momentos, con un letrero frente a nuestros ojos que diga un año más tarde. Haciendo stop para dar paso al inicio de nuestro momento más feliz y eternamente plantadas en Él.
Sin embargo, no, no es así para encontrar el amor verdadero.
Dice el mayor escritor y creador del amor que este: es paciente y bondadoso, no corta las escenas ni las reprime. No es celoso, ni fanfarrón, ni orgulloso. No exige que las cosas se hagan a su manera: con esto le decimos adiós a las exigencias y estereotipos impuestos. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas, no requiere mucha explicación.
No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa, y si la que consigue la historia de amor es, ¿tu amiga?, ó ¿la antagonista de tu historia?. En eso también hay revelación de amor en ti.
El amor nunca se da por vencido; va más allá que parar un tren o subirse a un avión a punto de despegar. Se queda contigo cuando ya no te ves hermosa y la memoria falla. Jamás pierde la fe; mantiene la certeza de la Palabra dicha. Siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia. Nada más cierto, pero nada más alejado de la fantasía que nos muestran en las pantallas.
Este amor no se da por vencido, va hasta la muerte y vuelve de ella con vida eterna. Este amor no tiene escenas cortadas y se fija más en lo que hay detrás del telón. Lo que se oculta detrás del letrero de los tiempos transcurridos, además sigue escribiendo después de los créditos.
Es el amor que se mantiene después del: “vivieron felices para siempre”, es la esperanza que te mantiene despierto aún después de las escenas post-créditos y, la firmeza al desear sostener esa mano, así él no sea o se vea como los protagonistas de esos ilusorios escenarios.
El amor, tu amor merece más de 120 minutos. Dale el tiempo que requiere.
El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso 5 ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. 6 No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. 7 El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
1 Corintios 13: 4 – 7
Pd. Esto salvando las películas y series de la vida real.